Un enfoque integral y sistémico es garantía de éxito en la gestión empresarial.
No cabe duda que cada empresa tiene sus propias necesidades, hoy la pandemia, que es común a todas las empresas no las afecta de la misma manera, dependerá de la actividad en que cada una se desempeña pero es sin duda una oportunidad para analizar y prepararse para una nueva realidad y esto depende más que nunca de la capacidad que cada una tenga para adaptarse.
También debe tenerse en cuenta que el punto de partida no es el mismo para todas las empresas, los nuevos problemas se suman a los viejos y se deben encontrar soluciones para todos en el orden que sea más conveniente.
Siempre hay dos frentes a considerar, lo importante y lo urgente, el largo y el corto plazo, lo operativo y lo estratégico, etc. No es una cosa o la otra, son todas a la vez.
Ser el mejor estratega, tener la visión más clara del rumbo de los negocios es necesario, generalmente imprescindible, pero no es suficiente. Se deben resolver las cuestiones operativas básicas, hay que hacer los deberes, porque sino, lo que se gana por un lado se pierde por el otro. Del mismo modo, un trabajo prolijo, metódico y ordenado no garantiza el resultado exitoso si no se desarrollan estrategias competitivas.
Las empresas no tienen capacidad para modificar las situaciones externas, sólo pueden adaptarse, compensar con acciones internas los cambios que el entorno les impone.
Se necesita contar con las herramientas informáticas básicas de administración y control y con las formación necesaria para darles el uso adecuado, son herramientas imprescindibles y totalmente accesibles para cualquier empresa.
Está muy claro que para conseguir resultados hay que hacer foco en los problemas reales, especialmente en los que tienen solución, si las ventas son insuficientes o si la producción no cubre la demanda o si los plazos de entrega o la calidad de los productos o servicios o la rentabilidad en su conjunto o cualquier otro inconveniente no cubren las expectativas, seguramente se deberán atender con prioridad, pero las acciones a emprender en un frente afectará al resto.
Es conveniente intentar un nuevo punto de vista, tomar distancia y mirar la empresa cómo sistema integrado, como conjunto armónico donde todo es interdependiente. Una vez que se adopta este enfoque se empiezan a ver claramente otras necesidades y otras posibilidades en la empresa.
El método propuesto consiste en ver la organización como un conjunto que está siempre apoyada en tres pilares fundamentales, las relaciones, los conocimientos y el trabajo.
Las relaciones y las comunicaciones: La empresa depende de su capacidad para relacionarse con clientes, proveedores, asesores y también de sus comunicaciones internas. No se puede emprender un camino exitoso si no se logra una adecuada interacción con todos los actores involucrados.
El saber hacer, los conocimientos y los documentos junto con la capacidad de aprender y la forma de volcarlos en el trabajo diario, constituye un elemento diferenciador.
El trabajo en todas sus formas: Es la razón de ser de la empresa, sus posibilidades de existir y de superarse dependen de la capacidad que tengan para desempeñarse de manera competitiva.
Los tres temas mencionados se complementan entre sí y las deficiencias en cada una de ellos perjudica el funcionamiento de los otros. Estos tres elementos son una síntesis ineludible que no sustituye ninguna de las otras miradas de otros autores, que segmentan la empresa de diferentes maneras para intentar poner la complejidad bajo control.
Cualquier emprendimiento puede fracasar o no desarrollar todo su potencial si alguna de las tres patas mencionadas tiene falencias o no complementa debidamente a las otras dos.
El método propone un desarrollo equilibrado de todas las áreas de la empresa pero sin perder el punto de vista de las tres patas mencionadas. Siempre lo mejor es vincularse con los mejores especialistas para cada necesidad, pero no se pueden aplicar las mejores soluciones en un solo frente descuidando al resto, especialmente en las pymes donde prevalece la escasez de recursos, se necesita un desarrollo armónico y progresivo para transitar el camino de la mejora lo más rápido posible.
El método propuesto es la conclusión, el punto de llegada de un recorrido que empieza por usar todas las herramientas disponibles para poner la complejidad bajo control, pasa por una estación intermedia que es la visión sistémica, donde todo tiene relación con todo y finalmente se propone encontrar la síntesis, un modelo simple que represente los elementos más esenciales que cualquier empresa debe tener muy en cuenta, las relaciones, los conocimientos y el trabajo.
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